Preguntas frecuentes
¿Lo que siento es normal?
Cuando fallece un ser querido, es normal que sienta tristeza, abatimiento, añoranza, enfado, miedo, rabia, culpa, o una mezcla de todo ello al mismo tiempo. A pesar de ser una reacción normal, en ocasiones puedes llegar a pensar que es demasiado para poder soportarlo y pueden producirse pensamientos y conductas difíciles de entender. El que lo sientas de este modo no significa que estés enfermo, el duelo no es ninguna enfermedad, sino que todo lo que vayas experimentando tiene su función psicológica para adaptarte al sufrimiento tan grande que ahora vives.
Recuerda que el duelo es una vivencia multidimensional que afecta tanto a nuestro cuerpo físico como a nuestras emociones, a nuestras relaciones, pensamientos, acciones, y a nuestro mundo interior de valores y creencias.
¿El duelo es igual para todos/as?
Hay tantos duelos distintos como personas distintas. Cada persona somos única y por tanto sentimos y expresamos el dolor de la pérdida de modo distinto. No hay dos duelos iguales. Incluso la misma persona experimentará duelos diferentes, porque nosotros mismos/as vamos cambiando a lo largo de la vida.
¿Cuánto tiempo dura el duelo?
Un duelo no se supera porque pase el tiempo, sino porque me comprometo en hacer un trabajo de duelo. Una cosa es estar en duelo y otra muy distinta hacer el duelo. El tiempo por sí solo no nos garantiza que el duelo se resuelva, lo que importa es lo que hagamos con ese tiempo.
¿Qué es un trabajo de duelo?
El trabajo de duelo, es el compromiso que tomo conmigo mismo/a y con la vida para avanzar en el dolor y el sufrimiento que experimento tras la pérdida de mi ser querido, con el objetivo de recordarlo y sentirlo sin que me duela tanto. Es un proceso, por tanto, activo.
El dolor del duelo hay que vivirlo. Nos duele intensamente porque amamos.
Podemos distraer al dolor, aplazarlo.. pero nunca podremos evitarlo del todo, en algún momento vital aflorará el sentir de esta pérdida. Hay personas que evitan afrontar la vivencia del dolor que produce la ausencia del ser querido fallecido, y se protegen de ello, por ejemplo no hablando de ello, trabajando sin descanso para no sentir o cambiando de lugar de residencia.. sin embargo, el dolor y la ausencia les acompañará allí donde vayan.
Hacer un trabajo de duelo, es vivirlo con consciencia y presencia. Dándonos permiso a sentir lo que vaya aflorando. El hacerlo de manera compartida, dará sentido a tu vivencia y esperanza a tu proceso. Es en ese dolor compartido donde podemos ir transformando nuestro dolor. Es bueno que cuentes con apoyos que te aporten seguridad y que te acompañen sin juicio y a tu ritmo, sin prisas. Hacerlo completamente solo/a es a veces muy difícil, sobre todo si experimentamos sentimientos intensos de soledad, o si pasado el tiempo no sientes motivación por nada.